miércoles, 13 de agosto de 2014

SATURNINO HERRÁN: POETA DE LA FIGURA HUMANA

Murió tan joven que sólo pudo proclamar  
su propia muerte, más que adivinar su propia vida
Carlos Fuentes.

SATURNINO HERRÁN

Volcábase el relampagueo de su talento en ironías acerbas, desquite de su ineptitud para la batalla mesocrática(…)privilegiado en sus dotes analíticas, cogía al vuelo la deformidad íntima y externa de las gentes(…)el pintor que hoy celebramos es de los seres con quienes desearía  volver a convivir veinticuatro horas     Oración Fúnebre Ramón López Velarde Noviembre de 1919


José Saturnino Efrén de Jesús Herrán Guinchard nació a las ocho horas del 9 de julio de 1887 en el número 103 de la calle del Codo en la ciudad de Aguascalientes.
Quien fuese llamado “El más mexicano de los pintores y el más pintor de los mexicanos” por Federico E. Mariscal era hijo de Josefa Guinchard Medina y Don José Herrán Bolado.
La figura de su padre fue clave para el desarrollo artístico de Saturnino, José Herrán Bolado  fue un hombre polifacético ya que no sólo era dueño de la única librería de Aguascalientes y campeón nacional de ajedrez sino que se desenvolvía en otras actividades.

S H: En este ambiente muy propicio ahí se desarrolló Saturnino, fue un niño muy alegre, no fue un niño solo, la familia acogió a un niño que era Carlos Ortiz


V M: Carlos Ortiz, además de ser el alma gemela, no era su hermano, pero terminó siendo su hermano, fueron amigos desde muy chiquitos, pero Carlos Ortiz pierde a sus padres y lo acogen en la casa de Saturnino


Y junto con él, Saturnino Herrán realiza sus primeros estudios en el Colegio de San Francisco Javier y en 1901 en el Instituto Científico y Literario de  Aguascalientes que hoy es parte de la casa de la Cultura de la ciudad.
Coincide con niños que años más tarde serán piezas fundamentales de la vida política y  literaria de nuestro país como Pero de Alba, Luis de la Torre Alberto J. Pani, Enrique Fernández Ledesma, Manuel M. Ponce y Ramón López Velarde con quienes se reunía  en el jardín de San Marcos para conversar sobre pintura, música y literatura.
Pero no todo eran estas charlas, existen relatos de Enrique Fernández  en la calle donde vivía Saturnino Herrán.




1910, fue el año de las grandes inauguraciones, inclusive llegaron a su fin los trabajos de Teotihuacan  con la apertura del primer museo de sitio en el país. Construido para exhibir piezas escultóricas a un costado de las pirámides.
Con motivo de las Fiestas del Centenario de la independencia, el programa que incluía todo tipo de actividades durante el mes de septiembre tenía una exposición española de pintura contemporánea, que incluía la construcción del Pabellón Español en Avenida Juárez para alojarla.
Al respecto, alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes,  con Jesús Ibarra a la cabeza quien organiza la Sociedad de  Alumnos, Pintores y escultores y Gerardo Murillo como promotor de nuevas ideas en la academia proponen una exposición de arte mexicano para el cual la Secretaria de Instrucción Pública y Bellas Artes les otorga 3000 pesos que utilizan para la compra de materiales y se comprometen a entregar  dos obras recientes.


F R: Fue una exposición un poco improvisada, la idea era que se realizara esta exposición en la academia, pero al mismo tiempo que hubiera un concurso, en el que se premiaran obras de temas histórico nacional. (…) son los estudiantes liderados por Gerardo Murillo quienes se organizan para presentar obras inéditas (…) mostrando los caminos de la pintura mexicana en años siguientes.



S H: Y pintan de julio a septiembre, y por aclamación o rechifla van eligiendo las obras.


VOZ OFF MASCULINA:
A las 10 de la mañana del lunes 19 de septiembre  en los salones y patios de la Academia de San Carlos, se inauguró la exposición y de acuerdo a Víctor Muñoz, fue la más importante de arte mexicano durante las primeras décadas del siglo XX.
A la exposición asisten el Ministro Justo Sierra, el Subsecretario Ezequiel A. Chávez, el jefe de la Sección Universitaria Alfonso Pruneda y el director del ENBA Antonio Rivas Mercado.
Al concluir  su visita de Justo Sierra,  declara:
“Los decorados de los edificios públicos, de la República ya no serán obra de extranjeros, sino de artistas mexicanos.”
Además les prometió las obras de decoración del anfiteatro de la Preparatoria. Sin embargo aunque los andamios estaban puestos, estalló la revolución y sólo años más tarde lo realizó Diego Rivera.
A la exposición, Herrán entregó tres trabajos que merecieron halagadoras críticas en los diarios del siguiente día.
Las obras fueron Los Ciegos en la que años más tarde pintará La dama de mantón, los dos tableros del Paneo Decorativo del Trabajo, Vendedoras de ollas, Flora y el tríptico  La Leyenda de los Volcanes de monumentales dimensiones.



Los ciegos

La leyenda de los volcanes


Vendedora de ollas



NUESTRO DIOSES

Fragmento del documental: Saturnino Herrán. Leticia Martínez.


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